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domingo, 27 de octubre de 2019

Y ahora escupo sangre

“En aquel momento el chirrido de las notas disonantes se hacía cada vez más fuerte y las temblorosas paredes del templo se alejaban unas de otras. Y el templo y los niños se hundían, y a continuación se hundía la tierra, y se hundía el sol, y se hundía con toda su inmensidad el cosmos entero."

 

-Jean Paul Richter

 

 

Regurgitaré la cruda sangre color angustia

 

del no poder verte ni tocarte.

 

Me arrastraré agonizante

 

rogándole al Diablo una muerte

 

que acabe con esta peste

 

putrefactiva y roedora las entrañas.

 

 

Reconozco este dolor de vastas raíces

 

emergentes de la ausencia

 

de una Midons que disiente

 

ante el juglar de su ventana.

 

 

Yo, romántico empedernido

 

me retuerzo entre la oscuridad,

 

el dolor y el sufrimiento

 

de la vida del poeta.

 

Siendo esta aquella que he elegido.

 

 

Soy el cementerio de Jean Paul Richter

 

revolviendo sus tierras diluidas

 

entre piel y sangre de muertos

 

gritando con nada más que agonía

 

al ver que no tiene razón de ser

 

contemplando su orfandad

 

y sus muertes en vano.

 

 

Pues igualmente huérfano

 

no más vivo que aquellos que gritan

 

permanezco expectante

 

ante una imagen vacía que

 

siempre fue rostro de cuencas negras

 

interminables.

 

 

Hoy tu olor se desvanece entre Ducados

 

que deshacen el mar negro de Friedrich.

 

Y distante el monje que observa

 

rellena una copa de alcohol etílico

 

que escuece.

 

 

Muero bajo el dolor y espera del trovador

 

al que la voluntad y corazón

 

abandonan

 

para quedarse contigo y dedicarte

 

aquello que del cuerpo escapa.

 

 

Mi pluma, clavada en el pecho, tiembla

 

hundida en la negra tinta espesa

 

que me cubre los pulmones.

 

 

Me he estirado en el asfalto mojado

 

brillante y plateado a borbotones

 

de una calle hedionda de ratas y autobuses

 

desde el momento del estallido.

 

 

Y así, bajo el templo,

 

Brotaron tus lágrimas que

 

borraron los poemas que

 

blindaron el arma sobre mi nuca.

 

 

Y ahora escupo sangre.

 

 

 
 - Segundo movimiento; lo de fuera.

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