Siento una sonrisa
vivida
en el déjà vu
que me produce pensarte.
Y no me creo merecedor
del momento
-tan anhelado entre buscadores-
que me ofreces
tan solo con alzar la mirada.
Ah, no confundas, querida.
No te declaro mi amor
-por mucho que te quiera-
es solo que debo agradecerte
que me siento primavera
y me siento en primavera
por ti.
Antes de ti, no veía.
Entonces tapaste mis ojos
y vimos florecer al cerezo
con copos de nieve
como pétalos.
Ya no recuerdo el levantar
estos párpados pesados.
Así sonrío,
como en aquella vida pasada
en la que tú y yo
fuimos tú y yo ahora.
Suspira,
esnífate el sol,
-me dices-
colócate de brisa,
de tiempo,
de belleza.
Solo así será primavera.
Y de pronto un grillo canta
acurrucando tu suspiro
y me inunda el alrededor.
Y me inunda la gratitud.
El verano,
el invierno,
el otoño,
la primavera.
Quizá el sol,
el césped,
el silencio
o tu presencia.
No importa,
todo afecta.
Lo verdaderamente real,
el arte que me brindas,
es
la inspiración más cierta.
No sé si eres más musa
o más amiga.
O ambas,
y vas cambiando a ratos.
Pero si sé
que si tú lo deseas,
Júlia,
puedes hacer
que haga
todas las estaciones del año
pasar en un minuto.
😍
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