Si pienso demasiado desvarío.
Ya no me queda pelo por arrancarme,
es por eso que pensar en ti
es el lujo que me arruina
y el vicio que me mata.
Siempre fui enamoradizo
y propenso a engancharme rápido.
-Cuanto más duela, mejor.
Que para eso soy artista. -
Siento un vacío en mi pecho
que se llena poco a poco de mis restos
mientras me consume.
Todo me golpea
como el agua de la ducha
cuando me rindo ante tu recuerdo
y caigo, tocado y hundido.
Soy incapaz de llorar por ti
porque siempre vas tan guapa
que simplemente pensarte me revuelve
y me haces sonreír
en contra de mi voluntad.
-Afrodita ha llamado,
celosa,
dice que le devuelvas el puesto.-
Te miro.
Te miro durante segundos eternos,
me pierdo entre tus lunares,
Y siempre termino en Roma.
Y dime,
¿qué hago si tu boca es Roma
y todos los caminos me llevan a ella?
-Contesté a Afrodita.
Ya es hora de que lo acepte
y deje paso a Venus.
Que Grecia es pasado,
y tu cuerpo es un imperio Romano.-
Como buen romántico,
no soy ciudadano.
Soy algo más así
como el pirata de Espronceda.
Vivo en el mar
y entre tus huecos no tengo derechos.
Así que me limitaré a esculpirte,
Venus,
entre una poesía tosca
que no traza rasgos claros.
Iba a escribir los versos más tristes
esta noche.
Pero Pablo no te tenía a ti
que en cuanto la poesía te menciona
se vuelve de un amarillento sabor vainilla
como tu pelo,
y es toda mucho más dulce.
Cruel diosa romana,
no me avisaste de que
lo que querías era un sacrificio,
para evitar el castigo.
Y ahora,
el arte jamás olvidará tu sabor.
Y yo jamás podré sabore(arte).
¿Porque escribes tan bien?
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